3 de octubre de 2010

Mis amigas las ratas

Que a los informáticos nos metan en el sótano ya ha pasado a la historia, o más bien eso yo creía hasta hace dos mese y pico, cunando me comunicaron que me iban a cambiar de sitio de la oficina; como que en la oficina no hay mucho sitio si no se hace algo de obras, que debido a la situación económica mejor las dejamos para otra ocasión, se plantearon la pregunta de ¿dónde vamos a meter al informático? la respuesta clásica sería en el sótano, pero a falta de él lo más fácil es buscar a lo que más se asemeja, en este caso el archivo.

Yo que pensaba ahora que la tecnología convive con todos y es parte de nuestra vida diaria y que todos estamos continuamente manipulando ordenadores, teléfonos móviles, que ya hacen de todo, sistemas de entretenimiento, utensilios de cocina como los que te hacen automáticamente la comida, etc. A raíz de esto yo pensaba que la peña empezaba a cambiar la visión que tienen de nosotros y los tópicos que hay, empezaban a diluirse.
Bueno, sea la realidad o solo lo que yo creía (por una experiencia profesional que viví y por lo que se puede ir leyendo) los informáticos han ido evolucionando, dentro de las organizaciones, de unos bichos raros que están ahí con las máquinas en los sótanos a formar una parte importante del negocio (sin tener en cuenta las empresas cuyo negocio es la tecnología) y donde su papel es fundamental para poder competir dentro en el mercado; ¡¡¡joder si incluso le han cambiado el nombre al departamento!!!

Ahora con mi traslado, tengo dos cosas a pensar, mis creencias eran equivocadas o la empresa donde trabajo está un poco atrasados en cuanto a términos organizativos y competitividad comercial.

Muchos de mis compañeros, no de departamento ya que en la sede donde yo trabajo estoy solo, me decían antes de cambiarme, “¿Ahí te van a meter? ¿no es un poco claustrofóbico?”, y los que habían participado en la decisión de mi cambio me dicen ahora “Es un sitio amplio y tranquilo ¿no? ¿a que estas bien aquí?”.

Y mis respuestas sinceras a todo esto es, que me tengo que aguantar, porque total me van a meter me guste o no  y sin tener en cuenta mi opinión y si tengo claustrofobia ya me acostumbraré y se me pasará, y por lo de si estoy bien, pues realmente tampoco estoy mal si no pienso que me han quitado una de las cosas que más me gusta, la luz natural, pero por lo demás no me puedo quejar, es un lugar tranquilo y tengo espacio necesario para trabajar.

Para ir terminando con el rollo este os voy a dejar un foto de mi nuevo amigo que he hecho después de llevar ahí más de dos meses y el cual sea convertido también en mi compañero del día a día, después de que a ambos se nos quitase el temor que, inicialmente, teníamos uno del otro.

 Mi compañero y colega Ratbit

Hasta la próxima enfermos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario